viernes, 12 de junio de 2020

Día 57. Nuestra aula...

¡Buenos días!

Me acuerdo el primer día que llegué al C.P.R. Barranco de Poqueira no sabía que centro me tocaría. Pampaneira, Bubión o Capileira. El primer día de septiembre, en la presentación, suele haber un tanteo, suposiciones pero vas a casa con la intriga de "dónde me tocará. Cuando me dijeron que mi aula sería Capileira Infantil 3, 4 años mi compañera Isabel me enseñó el aula que me correspondería y ella se trasladaría al aula de al lado. Me impresionó la amplitud de la clase y sobretodo las vistas. Pensé y sigo pensando que vaya sitio más privilegiado y hermoso de trabajo y para los niños un regalo.






Así que con toda la ilusión me puse a ordenar el aula. Muebles, mesas, sillas, almacén y mis cuatro cajas que siempre me acompañan con mis materiales. Lo primero que suelo hacer es "descargar" la clase. Pienso que las clases de infantil están sobresaturadas y sobrecargadas de materiales, paneles, carteles, colores que parecen a veces jeroglíficos difíciles de interpretar. Yo opto por mayor relajación visual, plantas reales y macetas, menor carga de materiales y a ser posible materiales naturales mejor que plásticos. Incluso he estado años en aulas sin ningún material plástico. los motivos son varios pero uno principal es que el niño no trata de igual manera un material plástico, como por ejemplo, una naranja de la cocinita simbólica, a una naranja real. Por decirlo de groso modo, la naranja de plástico incita a que sea rodada, arrojada como una pelota y la naranja real a ser comida, huele y tiene tacto real.

Este año he sido "permisivo" y no quería darle la vuelta por completo al aula nada más llegar pero sí que evité el uso de peluches y a reducir la cantidad de materiales plásticos. otro motivo es que con muchos materiales los niños se saturan y a la hora de recoger es muy complicado. Así que apuesto por cuanto menos (y de calidad) mejor.

Comencé por el almacén y suelo disponer la clase los primeros días con rincones amplios y mesas en gran grupo para combinar agrupaciones donde nos podemos conocer todos (comidas, asambleas, trabajos...) y pequeñas agrupaciones para ver qué pequeños grupos se forman naturalmente.






Los primeros días me sirve para observar los diferentes comportamientos de los niños. Este año han entrado en el aula niños con 2 años porque cumplen tres años en los próximos meses hasta diciembre. Así que en la clase teníamos niños que necesitaban adaptarse. En este periodo de adaptación es importante la observación, la atención, la disposición, el acercamiento (ni muy invasivo ni muy alejado) y buscar la confianza con mucho respeto. Importante tener en cuenta no ser demasiado exagerado en la atención ni ningunearle o negarle lo que el niño siente. Tampoco alentarlo a que llore o regodearte en su tristeza pero sí ser descriptivo. "Estás triste porque mamá  no está aquí" "Ahora estoy yo aquí contigo por si necesitas algo" "Vamos a estar un rato aquí y luego tu madre vendrá a por tí"

No suelo usar métodos de distracción tampoco porque sería distraerle de su emoción principal y pienso que hay que ayudarle a superarla.  Importante el papel del adulto que le acompaña en mantener cierta distancia con el niño y a la vez estar al lado cuando precisa. 

No me preocupa que un niño más mayor llore estando en el cole en ciertos momentos. Los motivos pueden ser varios. No lloró lo suficiente cuando lo necesitaba y a veces sale en momentos que parecen casi insignificantes. Tengo el ejemplo de mi hijo, que por motivos de mi divorcio, tuvo inseguridades, miedos y llantos en segundo de primaria. Gracias al compañero Jesús (maestro de Pampaneira) que fue mi compañero en Pórtugos y luego maestro de mi hijo en Cañar pudo acompañarle en su proceso. Mi más sincero agradecimiento.
También podemos mirarnos a nosotros mismos. A veces lloramos por cosas que parecen insignificantes pero el dolor tiene memoria y podemos estar llorando dolores antigüos que se nos activan. 
Así que importantísimo el llanto. 

Otro ejemplo es cuando un niño se cae. Solemos levantarle rápidamente y decirle que es fuerte y que no llore. Así le enseñamos a que "desconecte de su dolor y que llorar no es bueno" Quizás lo hacemos porque así lo han hecho con nosotros y porque es molesto escuchar un llanto. Pero el niño debe saber que el dolor duele, saber dónde le duele y llorar alivia mucho. Aplicable también para adultos...

Seguimos avanzando y la disposición del aula la fui cambiando acorde a las necesidades:




Fuimos introduciendo nuevos materiales Montessori y nuevos rincones pero manteniendo la mesa de gran grupo para comidas y cumpleaños:




Y al final también dividimos la mesa gran grupo en pequeños grupos. Para que los niños de cuatro años trabajasen lectoescritura, logicomatemáticas...







Luego vino el confinamiento y nos quedamos a mitad de trabajo... Agradezco el esfuerzo que realizáis desde casa. Yo continuaré con este blog para compartir reflexiones, actividades, recursos, y pensar juntos... Mientras ayudo a mi hijo a realizar sus tareas... las "oficiales" del cole y las propias de la vida cotidiana con el huerto, cocina, deportes y juegos... Disfrutándonos... ¡Un saludo!

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